Un becario descubre un nuevo planeta en su primer día en la NASA

La NASA es un lugar al que todo chico sueña ir algún día si siente fascinación por el espacio exterior, los cohetes, los planetas y todo aquello que alberga nuestro universo.

Y para motivarlos a ser los futuros miembros de tan prestigioso lugar, aceptan a becarios que puedan ir a ver de primera mano cómo es trabajar para la NASA.

No pasó ni una semana en su beca de verano e hizo su gran descubrimiento

Muchas veces los becarios se limitan a aprender superficialmente y se dedican la mayor parte del tiempo a armar reportes, ir por café y sacar copias, pero no fue el caso de este destacable joven.

Se trata de Wolf Cukier, un estudiante procedente de Nueva York con apenas 17 años de edad, pudo ir a la NASA a través de una beca de verano otorgada por el Centro de Vuelo Espacial Goddard.

Este centro se encuentra ubicado en Greenbelt, Maryland, donde se dedican, entre muchas otras cosas, a observar el brillo de las estrellas, aunque parece más difícil de lo que suena.

Todo es gracias al satélite TESS, que se mantiene explorando el firmamento espacial tomando imágenes que luego son examinadas por el personal del centro.

El brillo de las estrellas puede dar más información de la que pensamos, como su antigüedad e incluso, a veces se pueden observar algunas que nunca se habían visto antes, como reportó Wolf Cukier.

El joven pronto vio una variación de luz de una estrella bastante particular que no estaba registrada, según comenta para BBC Mundo.

De acuerdo con el joven, mientras se encontraba analizando las imágenes, logró identificar una señal que provenía de un sistema solar distante llamado TOI 1338.

Dicha señal parecía ser el efecto de un elipse, pero al analizar el entorno se dio cuenta que no podía acontecer dicho fenómeno en ese momento, por lo que observó más de cerca solo para encontrarse con un nuevo planeta.

Proyecto TESS: Cuna de futuros jóvenes científicos

Gracias al satélite TESS, es que diversos jóvenes entre estudiantes y voluntarios, pueden ser partícipes de un proyecto de la NASA sin siquiera tener una formación sólida en la materia.

Esto es gracias al sistema que logra facilitar la observación de las variaciones de brillo de las estrellas transmitidas por el satélite.

Mucho de lo que se hace en este proyecto es identificar patrones sospechosos que luego son analizados por el personal especializado del Centro de Vuelo Espacial Goddard.

En el caso de este afortunado joven, se encontraba analizando datos de un fenómeno llamado eclipse binario.

Este tipo de eclipse se da entre dos estrellas, donde una estrella se interpone entre el brillo de otra. Dichas estrellas se encontraban orbitando en el sistema TOI 13338 mencionado anteriormente.

Sin embargo, el suceso no fue tan rápido, pues luego de que Cukier notara este patrón, tuvieron que pasar varios meses para que se dieran cuenta que una de estas estrellas partícipes del eclipse no estaba identificada.

Fue así como el descubrimiento de un nuevo exoplaneta fue anunciado, bautizándolo como TOI 1338 b, y lo hicieron oficial en las instalaciones de la Sociedad Astronómica Estadounidense de Honolulu, en Hawái.

Posteriormente, un artículo científico exponiendo los pormenores de este hallazgo fue publicado para orgullo de Cukier y su familia.

Más sobre el nuevo exoplaneta descubierto por joven becario

El mero descubrimiento de dicho planeta no fue lo único que sorprendió, sino que también por hecho de que fuese el primer planeta con dos soles que es descubierto por este proyecto.

Otros datos que se saben hasta ahora, es que se encuentra 1,300 años luz de la constelación Pictor (también conocida como Caballete del Pintor), donde se encuentra la estrella más brillante del firmamento. También se sabe que este exoplaneta es hasta 7 veces más grande que nuestro planeta.

Menciona el joven Wolf Cukier que fue una gran sorpresa haberse encontrado algo, de hecho, no tenía esperanzas en encontrar algo por lo más pequeño que fuera.

Ante The New York Times, Cukier expresa su sorpresa y felicidad de ser el gran afortunado. Y aunque el trabajo es meramente observación, es un proceso científico que requiere de mucho personal dedicado, con un vasto conocimiento en la disciplina y las técnicas para lograr resultados.

Seguramente esta simple beca de verano le abrirá la puerta a este joven para estudiar una carrera relacionada y trabajar en la NASA como todo un profesional.